domingo, 7 de octubre de 2018

2 Houston

Tenemos el hotel justo enfrente de la NASA, sólo tenemos que cruzar la calle. Y lo hacemos corriendo porque de repente nos cae un pequeño chaparrón.

Hablar de la NASA o del espacio es hablar de ciencia (menos si hablas de astrología, que es decir chorradas). Y la ciencia es importante. Mucho.

Una de las críticas habituales es acerca del dinero que cuesta ir a Marte, por ejemplo, mientras hay lugares en la Tierra donde no hay agua potable. Es cierto, pero es demagogia. El dinero invertido en ciencia espacial es revertido con creces en la vida diaria. El invertido en tanques no, pero este sí.

Me entristece ver como nuestra sociedad relega la ciencia al desconocimiento general. Hagamos una prueba ¿cuantos jugadores del Barça podrías nombrar? ¿Y cuantos astronautas que hayan ido a la luna?

¿Sabías que han sido más de 3?

Uno de los lugares más emblemáticos que se visitan, aunque tuvimos la mala suerte de pillarlo en obras, es la sala de control de las misiones Apolo (las que van la luna). No es la única, actualmente se usa las de Cabo Cañaveral, Florida.

Lo que se ve en las consolas son monitores, no ordenadores. Aún así es interesante saber que nuestro móvil es 100.000 mil veces más potente que el ordenador que llevó al hombre a la luna. Y los usamos para tirar pájaros cabreados a los cerdos...

En la NASA, donde fallar no es una opción, lo tienen todo por duplicado. Así, si hay un fallo pueden recrear la solución en tierra antes de mandar las órdenes al espacio. Aquí vemos la réplica de la ISS (Estación Espacial Internacional).

Nunca la había visto a tamaño real (faltan los paneles solares) y ahora tengo aún más ganas de volverla a fotografiar, al pensar que va a 28.000 km/h a 500km de distancia. Da la vuelta a la Tierra 16 veces al día. Impresionante.

Se puede ver fácilmente en el cielo (hay webs y apps que te avisan cuando pasará) porque es el tercer objeto más brillante del cielo, después del Sol y la Luna. Y dentro hay, ahora mismo, 8 personas. Qué envidia mala...

El Saturno 5 es el cohete que llevaba las cápsulas Apolo que fueron a la luna. El 5 es por los cinco enoooormes motores. 110 metros de largo tiene el bicho. ¿Sabiais que se tardan 4 días en llegar a la luna?

Vale, ya estamos en la luna. Hay una recreación muy bien hecha que incluye el coche que usaron para darse una vueltecita. Bueno, el coche original se quedó allí. Y las cámaras de fotos. Y todo lo que no fuera imprescindible para volver... excepto un montón de piedras. Ya ves tú.

Entre las explicaciones del diorama han colado discretamente explicaciones contra dos argumentos habituales entre quienes aseguran que no se llegó jamás a la luna: el porqué la bandera ondea si no hay aire (estructura metálica) y la falta de estrellas (que tampoco se ven desde las ciudades). Recordad, como he dicho hace poco, que una de cada cuatro personas en EEUU cree que la tierra es plana. Las otras tres trabajan en la NASA.

Trajeron un montón de rocas de la Luna. Claro, no había otra cosa. Hay tres tocitos expuestos en todo el mundo para que puedas tocarlos y uno de ellos está aquí. Y lo tocamos, claro.

A ver... es emocionante porque es un puto trozo de la Luna. Esa que está a 384.400km. Pero al tocarla, bueno, pues es una piedra. Y además pulida, con lo que parece que toques un trozo de gres...

Terminamos la visita casi corriendo. Proyectan varios documentales, hay muchas cositas para ver, para ir leyendo, para pensar...

¡Ah! Y la tienda de recuerdos, claro. Aunque no me compro la chaqueta tipo bomber oficial de la NASA, vale más de 200€. 

Claro, tiene un precio astronómico...  ;-)

1 comentario:

  1. Me encanta esta visita!!!!! Me gusta tanto que no me queda sitio, ni siquiera un poquito, para sentir envidia, y sé que debería sentir muuuucha... Gracias por el tour turístico, he disfrutado como una enana.

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